Benutzer:Vicky petereit/baustelle7

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Das Castillo de Cornatel ist eine mittelalterliche Burg bei Priaranza del Bierzo in der Provinz León der Autonomen Gemeinschaft Kastilien-León. Am 22. April 1949 wurde sie zum Kulturgut von nationalem Wert (Bien de Interés Cultural (B.I.C.)) erklärt.

Beschreibung[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Lage[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Die Burg befindet sich auf einer nach Osten und Norten steil abfallenden Felsnase von etwa 180 m Höhe. Nördlich wird es zudem von einem Gebirgsbach, dem Rioferreiros, begrenzt, die leicht zu bewältigenden West- und Südflanken sind durch eine Mauer mit zinnenbewehrtem Wehrgang geschützt.

  • Ein 3,8 km langer Tunnel führt vom Castillo de Cornatel zur Schlucht des Rioferreiros. Er ist der Öffentlichkeit nicht zugänglich.

Geschichte[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Der Ursprung der Burg ist nicht sicher geklärt. Die zur Zeit stärkste Theorie lässt sie auf die Verteidigungsanlage Castelo de Ulver zurückgehen, die in mittelalterlichen Quellen erwähnt wird. Man geht davon aus, dass ihr Vorläufer ein Militärposten zur Absicherung der Goldtransporte aus dem Bergbaugebiet Las Médulas war, der in Form eines castrum fortifiziert wurde. Nachdem die Römer die versiegenden Goldvorkommen aufgegeben und verlassen hatten, übernahmen es die Westgoten, später tauchte das castellum im christlichen Spanien des 9. und 10. Jhs. wieder auf.

Vom Beginn des 11. Jh. gibt es einen ersten schriftlichen Beleg für das Castillo de Ulver als wichtige Burg im Rahmen der Reconquista, der christlichen Rückeroberung Spaniens. Mitte desselben Jahrhunderts wird der Graf Munio Muñiz, Eigentümer zahlreicher Ländereien, als Burgherr erwähnt, ebenso wie seine Heirat mit einer Dame names Velasquita und die Geburt seiner Tochter Jimena Muñiz im Jahr 1060. Ab 1108 wird Jimena Muñiz als Burgherrin genannt, aus deren Beziehung zu König Alfons VI. ihre Töchter Theresia von Kastilien und Elvira stammen.

Alfons IX. übertrug Ponferrada dem Templerorden, die die Stadt befestigten und die Burg von Ponferrada ausbauten. Später übernahmen die Templer auch Ulver, der Beleg dafür findet sich im Kopialbuch Cartulario de San Pedro de Montes del año 1228 des Klosters San Pedro de Montes, das mit „Tenente Ulver Freyres del Templo“ den Orden als Besitzer der Burg ausweist. Daraus ist zu schließen, dass die Tempelritter in diesem Jahr die Burg schon übernommen haben mussten. Sie blieb in ihrem Besitz bis zur Auflösung des Ordens im Jahr 1312.

1327 schenkte Alfons XI. (Kastilien) die Burg Alvar Núñez Osorio aus der gleichnamigen Adelsfamilie, später wird es Eigentum von Pedro Fernández de Castro. Die erste Erwähnung unter dem Namen Cornatel datiert auf das Jahr 1378.

Blick vom Torre del Comendador in die Burg

Zehn Jahre später, 1388, kommt die Burg dank einer Schenkung Johann I. (Kastilien) an Pedro Álvarez de Osorio wieder in den Familienbesitz der Osorios zurück. Rodrigo Álvarez Osorio beerbte letzteren als Burgherrn und hinterließ die Anlage 1430 seinerseits Pedro Álvarez Osorio, erster Graf von Lemos[1]", und gleichen Namens wie sein Großvater. Er ehelichte Beatriz de Castro, Schwester des Herzogs von Arjona, , vereinigte derart die Erbgüter der Castros (mit zahllreichen Besitzungen im Bierzo mit den seinigen und konnte seinen Titel „de Lemos“ den von „Trastámara“ hinzufügen.

1467 erhob sich die Bevölkerung in der Revuelta Irmandiña gegen den galicischen Adel. Cornatel wird wie andere bercianische Burgen eingenommen und beinah vollständig zerstört. Nach der Niederschlagung der Erhebung im Jahr 1469 lässt Pedro Álvarez Osorio seine Burgen wieder aufbauen, darunter auch Cornatel. Er stirbt dort 1483 und entfacht mit seinem Tod einen blutigen Erbstreit zwischen María de Bazán, zweite Frau des Grafen, und ihrer mit Luis Pimentel verheirateten Tochter Juana einerseits und andererseits Rodrigo de Castro Osorio, neuer Graf von Lemos. Seine Truppen belagerten im Rahmen des Streits Cornatel zwei Jahre lang.

Die Katholischen Könige Ferdinand und Isabella schufen zur Lösung des Problems 1486 die Markgrafschaft Villafranca (Marquesado de Villafranca) und setzten Juana und Luis Pimentel als erste Markgrafen ein. Diese Intervention ließ Rodrigo de Castro Osorio keine andere Wahl, als die Übergabe der Burg und Ponferradas. 1507 nahm er Ponferrada ein, stürmte die Burgen Corullón und Cornatel und stellte sich derart gegen die Entscheidung der Katholischen Könige. Später gehörte die Burg jedoch wieder zu den Besitzungen der Markgrafen von Villafranca.

1823 ging die Burg in den Besitz der Stadt Ponferrada über und wird vierzig Jahre später, im Jahr 1843 beschreibt [2] es der bercianische Dichter Enrique Gil y Carrasco und macht es zum Schauplatz wichtiger Szenen seines Buchs „Der Herr von Bembibre[3]. Der Roman spielt im Ambiente der Tempelritter und Feudalherren und setzt der Landschaft des Bierzo ein literarisches Denkmal. Er ist Beispiel für die spanische Romantik und einer der besten spanischen historischen Romane überhaupt.

Nachdem die Burg im 19. Jh. jahrelang verlassen und funktionslos geblieben war, übergaben es die Grafen von Peñarramiro, gesetzliche Erben der Burg, am 29. November 1900 samt einiger zugehöriger Ländereien an die Gemeindeverwaltung (Junta Vecinal) von Villavieja, das heute zum Municipio von Priaranza del Bierzo gehört. Die Burg wurde dann als Viehgehege genutzt, was zum weiteren Verfall beitrug.

Curiosidades[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

  • Existe una planta que solo existe en el Castillo de Cornatel y en las peñas de Ferradillo y de Paradela de Muces, dado a sus condiciones climatologías y a la altura en la que se encuentra. Esta planta viene dada por el nombre de Petrocoptis viscosa.

Esta se encuentra en los muros de piedra caliza del Castillo.

Weiteres[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Cornatel, arrogante todavía, encaramado en los más alto de la roca, parece proclamar a los cuatro vientos su gloria pasada. Escondido en los confines del Bierzo su recia arquitectura resiste gallardamente el paso de los años cobijando, muros adentro, todo un tesoro de historia y leyenda que cautiva al instante. Sus adarves aún recorren las truncadas almenas desafiando el tiempo, como esperando volver a sentir algún día el resonar de los pasos antiguos de la bella Condesa Jimena Muñiz, su más ilustre huésped. La evocación de grandes

señores feudales, damas nobles, Caballeros Templarios, envueltos en gestas heroicas, ambiciones políticas y románticas historias de amor rodea de intriga y misterio esta impresionante fortaleza con más de nueve siglos de historia que se resiste a morir. La joven berciana que enamoró a un rey fue dueña y señora del castillo y desde él gobernó el territorio circundante hasta la primera década del siglo XII. Nobles señores y condes se sucedieron en la tenencia hasta la llegada de la Orden del Temple que lo poseyó durante casi cien años hasta su disolución a comienzos del siglo XIV. Será a mediados del siglo XV cuando Cornatel va a alcanzar su máximo esplendor. Un ambicioso personaje, el primer Conde de Lemos, transformó por completo el castillo convirtiéndolo en su residencia y en uno de los puntos fuertes de sus estados. Allí vivió y allí le alcanzó la muerte a finales de aquel siglo. No faltaron después las luchas fraticidas por su propiedad entre su hija legítima y el nieto bastardo, con intervención directa de los Reyes Católicos.

Hasta aquí la historia pero la otra faceta, la legendaria, recreada por Enrique Gil y Carrasco en su novela "El Señor de Bembibre" no es menos intrigante. Cornatel presta el escenario para algunos de los episodios más sobresalientes de su novela. Además de ésta dejó escritas otras obras en las que Cornatel y el Bierzo le sirven de argumento para expresar la nostalgia, el amor y también la preocupación que siente por su tierra natal, especialmente por los monumentos, los paisajes pintorescos y la gran riqueza artística.

TIERRA DE ULVER[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Distintos autores son de la opinión que el castillo de Ulver (Cornatel) tuvo su origen en algún destacamento militar romano, aunque, hasta el momento, no se hayan encontrado pruebas que lo confirmen. Sin emnargo, parece de sentido común, que desde algún punto cercano al más importante yaciminto de oro, las Médulas, se estableciera una estrecha vigilancia militar mediante un destacamento que asefurara el orden y la buena marcha de las explotaciones auríferas. Una vez abandonados por los romanos estos yacimientos, el antiguo "castrum" de Ulver se mantiene más o menos relegado a un segundo plano durante el dominio visigodo, reapareciendo posteriormente como destacado "castellum" en la España cristiana de los siglos IX y X, época en la que seguirá cumpliendo su misión defensiva, con una configuración bien distinta de la anterior, en un país sometido al dominio árabe. A comienzos del siglo XI ya empieza a asomar entre la documentación el castillo de Ulver ocupando un lugar importante, en aquellos primeros tiempos de la Reconquista, como punto fortificado.

LOS CABALLEROS TEMPLARIOS[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Arrastrados por la marea de la historia hacia 1178 llegaron los Templarios a Ponferrada. Ellos van a ejercer el control y la vigilancia del territorio desde su convento-fortaleza asentado en las proximidades del puente denominado "Ponsferrata", construido a finales del siglo XI por el obispo de Astorga, don Osmundo, para facilitar a los peregrinos el paso del río Sil. Cornatel no ofrece ninguna duda respecto a su pertenencia al Temple, como muy bien lo acredita una escritura del Cartulario de San Pedro de Montes del año 1228: "Tenente Ulver Freyres del Templo". En ese año, por tanto, los Templarios ya se hallaban en posesión del castillo de Ulver (Cornatel). Sobre su permanencia en esta fortaleza en los años sucesivos también existe evidencia documental aunque sea escasa pero suficiente para conjeturar que se prolongaría hasta la extinción de la Orden en 1312.

APOGEO Y DECADENCIA DE CORNATEL[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Una vez entregada la ciudad de Ponferrada con su fortaleza a los Reyes Católicos, Cornatel era quizás el lugar más seguro donde establecer su residencia los primeros Marqueses de Villafranca. Esta fortaleza había gozado de las preferencias del viejo Conde de Lemos, donde transcurrió gran parte de su vida y en la que había visto nacer a su nieto D. Rodrigo, heredero del condado. Ahora, en los años finales del siglo XV, asciende de rango convirtiéndose, en cierto modo y de manera transitoria, en la capital del nuevo marquesado instituido en 1486, en favor de Doña Juana Osorio y D. Luis Pimentel. Es una situación provisional que se va a prolongar durante un cierto tiempo antes de producirse el traslado definitivo a la ciudad que daba nombre a su título: Villafranca del Bierzo. En adelante la función primordial de Cornatel será principalmente defensiva. Estratégicamente situado sobre el valle del Sil, podía rechazar cualquier intromisión procedente de los estados gallegos del condado de Lemos, como así lo hizo en 1507 al repeler las mesnadas de don Rodrigo que ya habían tomado una vez más la fortaleza de Ponferrada y trataban de poner asedio a Corullón y Cornatel. Quizás fuese ésta una de las últimas hazañas bélicas de este

castillo que estaba a punto de escribir las últimas líneas de una historia comenzada varios siglos atrás. Hasta principios del siglo XIX toda la merindad de Cornatel y la Ribera del Escontra continuaron bajo el señorío del Marqués de Villafranca que nombraba los correspondientes merinos. Con la supresión de los señoríos nobiliarios el marquesado de Villafranca perdió su jurisdicción definitivamente y después de 1823 la merindad de Cornatel pasó a pertenecer al municipio de Ponferrada. El funesto siglo XIX para tantos edificios históricos y obras de arte también cubrió con su sombra Cornatel provocando su abandono y abriendo la negra brecha hacia la ruina y el olvido. Ya en estado ruinoso la histórica fortaleza encara el siglo XX que ve prolongar su lenta agonía en medio del desinterés general. Los Condes de Peñarramiro, herederos legítimos del castillo de Cornatel, decieron la titularidad del mismo a la Junta Vecinal de la cercana aldea de Villavieja. Así consta en la escritura correspondiente de 29 d noviembre de 1900, expedida en Ponferrada ante el notario D. Ramón Cavadas, en la que D. Joaquín Caro y Álvarez de Toledo vende a los vecinos de Villavieja trece hectáreas de terreno con el castillo incluido, quienes siguen actualmente ostentando los derechos de propiedad. Ampliar [*Haz click sobre la imagen para ver ampliado el plano de la planta del Castillo de Cornatel]

ARQUITECTURA Y HERÁLDICA[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Habida cuenta de las vicisitudes históricas por las que atravesó todo el recinto, una pequeña parte de lo que podemos contemplar en la actualidad debe de corresponder al período de tiempo que abarca desde su fundación hasta el siglo XIV -cuando es requisado a los Templarios- pero la mayor parte data del siglo XV una vez incluido en el patrimonio de los Osorio y más concretamente de los años posteriores a 1468 después de sufrir el devastador ataque hermandino que obliga al Conde a emprender una profunda reconstrucción perimitiéndole seguir utilizándolo como baluarte y a la vez mansión desde donde gobernar sus muchos estados. El conjunto de la fortaleza tiene planta irregular por necesidad de adaptación al terreno en que se halla asentada. Nacido con carácter eminentemente militar, es el denominado castillo roquero por echar sus cimientos directamente sobre las rocas, de las que aprovecha sus escarpes, a veces totalmente verticales y de enorme altitud (808 m.), como en su vertiente nordeste, por donde aparece inexpugnable. Un estrecho sendero exterior al abrigo de la muralla norte nos conduce a la entrada principal retranqueada entre dos lienzos del grueso muro donde se observan a cada lado dos saeteras para defensa y vigilancia. Franqueando el arco de entrada semiderruido penetramos en el interior donde nos rodea el amplio patio de armas, con forma de polígono irregular. Al frente, el torreón principal descubre sus entresijos a través de un enorme boquete que amenaza su estabilidad aunque, por el momento, siga aguantando como altivo dueño y señor del hermoso lienzo de muralla que se alarga a sus pies de oriente a poniente. La mayor parte de las dependencias del castillo se sitúan a la izquierda, comenzando por la torre de vigilancia y defensa ceñida a la puerta principal; a continuación se van alineando construcciones difícilmente identificables que albergarían otras dependencias necesarias en un castillo: viviendas, almacenes, calabozos, cuadras, silos. Construcción verdaderamente atrevida, rematada en el lado oriental por un

pasadizo, a modo de coracha, que enlaza el final del recinto fortificado con una especie de torre atalaya. Esta parte parece la más antigua y semejante a otras construcciones templarias. Los lienzos de muralla y las torres están hechas de mampostería, sobre todo de pizarra por ser un material abundante en la zona. El castillo carece de cualquier signo, figura o emblema atribuible a algún determinado linaje u orden de caballería. Sin embargo, al acercarnos a la puerta principal inmediatamente encima del arco de medio punto, sobre la clave todavía se puede observar un hueco considerable que no parece ser resultado de un derrumbe casual sino más bien la señal inequívoca de la existencia de algún blasón o escudo de armas que alguien bárbaramente decidió arrancar.


Acceso[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

Plano de acceso al Castillo de Cornatel

Bibliografía[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

El castillo de Ulver, Cornatel. Santiago Taladrid Rodríguez ISBN 84-607-0776-8.

El Señor de Bembibre. Enrique Gil y Carrasco ISBN 84-402-0244-X.

Referencias[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]

  1. Spanischer Adelstitel, der zunächst nicht erblich war. Erster erblicher Graf von Lemos mit eigenständigem Titel war ab 1456 der hier genannte Pedro Álvarez Osorio.
  2. Por fin, torciendo a la izquierda y entrando en una encañada profunda y barrancosa por cuyo fondo corría un riachuelo, se le presentó en la cresta de la montaña la mole del castillo iluminada ya por los rayos del sol, mientras los precipicios de alrededor estaban todavía oscuros y cubiertos de vapores. Paseábase un centinela por entre las almenas, y sus armas despedían a cada paso vivos resplandores. Difícilmente se puede imaginar mudanza más repentina que la que experimenta el viajero entrando en esta profunda garganta: la naturaleza de este sitio es áspera y montaraz, y el castillo mismo cuyas murallas se recortan sobre el fondo del cielo parece una estrecha atalaya entre los enormes peñascos que le cercan y al lado de los cerros que le dominan. Aunque el foso se ha cegado y los aposentos interiores se han desplomado con el peso de los años, el esqueleto del castillo todavía se mantienen en pie y ofrece el mismo espectáculo que entonces ofrecía visto de lejos.|Fragmento Capitulo X - El Señor de Bembibre
  3. Enrique Gil y Carrasco: Der Herr von Bembibre. Ritterroman aus dem mittelalterlichen Spanien. Neues Leben, Berlin 1991, ISBN 978-3-355-01278-2., siehe auch:
    Wikisource: El Señor de Bembibre – Quellen und Volltexte

Enlaces externos[Bearbeiten | Quelltext bearbeiten]